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Nos hemos acostumbrado a escuchar que la naturaleza está intentando recuperar su espacio. Pero en Italia, especialmente en los pueblos, la naturaleza nunca ha dejado de ser parte esencial de la vida. Desde el Norte hasta el Sur, la belleza de nuestra tierra sigue ofreciendo momentos de conexión con la tradición y la autenticidad. Entre los protagonistas de este patrimonio se encuentran los artesanos, como los molineros que preservan las cualidades más nobles del trigo mediante técnicas de molienda integradas. Y también los visionarios que han revalorizado ingredientes clásicos, como la carne de Fassona Piemontesa, servida cruda y cortada a cuchillo.
El espárrago, símbolo de estacionalidad y salud, enriquece esta receta con sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. «Onomatopea Piemontese» es una montanarina que celebra los sabores intensos y la autenticidad de la región, combinando crema de Castelmagno, espárragos y la delicada Fassona al cuchillo.
Colocar 300 g de harina “Mora” en una amasadora o batidora. Disolver 3 g de levadura fresca en 180 ml de agua. Iniciar el amasado a velocidad media, añadiendo el 80% del agua inicialmente y el resto después de 1 minuto. Amasar durante 3-4 minutos. Retirar la masa, colocarla en un recipiente previamente aceitado y dejar reposar como biga durante 16-18 horas a 18°C.
Después del reposo, transferir la biga a la amasadora con 200 g de harina Semina Blu. Añadir poco a poco el agua restante, reservando un 10%. Después de 6 minutos, incorporar el aceite y amasar hasta que se absorba completamente (unos 3 minutos). Finalmente, añadir la sal y aumentar la velocidad. Incorporar el agua restante en pequeñas cantidades, evaluando la textura de la masa.
Dejar reposar la masa durante 20 minutos cubierta con un paño húmedo. Dividirla en porciones de 45 g y colocarlas en un recipiente hasta que dupliquen su tamaño.
Fassona cortada a cuchillo:
Cortar la carne con un cuchillo afilado, asegurándose de obtener trozos uniformes. Condimentar con aceite de oliva, sal y pimienta de manera homogénea. Conservar en el frigorífico cubierta con film transparente.
Crema de Castelmagno:
Rallar el Castelmagno y colocarlo en un recipiente alto y estrecho. Añadir un poco de nata y procesar con una batidora de mano, incorporando el resto de la nata poco a poco hasta obtener la consistencia deseada.
Crema de espárragos:
Lavar los espárragos y escaldarlos en agua hirviendo. Enfriar rápidamente en agua con hielo. Reservar las puntas para la decoración y saltearlas con ajo, aceite y sal. Procesar los tallos con aceite y sal hasta obtener una crema suave.
Calentar el aceite a 180°C. Extraer una porción de masa y freírla, girándola y bañándola con aceite hasta que se infle y tome un color dorado uniforme. Escurrir en papel absorbente.
Montaje: