La investigación, el estudio y la cuidadosa selección de los productos conducen a un resultado final que nunca defrauda: posada, osteria y pinseria, para todos los gustos.

Todo empezó en 1990 en Villa Corti, una pequeña aldea de Venarotta, en las afueras de Ascoli Piceno. Gabriele Cennerini, posadero y empresario de mente abierta, se dio cuenta de que el lugar y el negocio tenían un potencial que merecía la pena explorar.
En el 98, tras asistir a algunos cursos profesionales y aprovechar la oportunidad de ampliar el local, la osteria se convirtió en pizzería y comenzó su ascenso. Al principio», cuenta Cennerini, «Anno Mille era el clásico bar de pueblo, sin servicio de restaurante, pero tras conocer 5 Stagioni y a sus expertos, me di cuenta de que una pizzería sería una buena inversión, y así fue».
El primer paso es la pizza napolitana, de la que aprende los fundamentos gracias a las enseñanzas de los técnicos de 5 Stagioni, como Graziano Bertuzzo; poco a poco se apasiona por el producto y profundiza en todos los matices del proceso hasta interpretar la pizza según los métodos y técnicas de varios tipos, haciendo un tipo de pizza gourmet que hoy complementa lo tradicional con variaciones y recetas personalizadas. Nuevas harinas, nuevos métodos; la experiencia de Gabriele Cennerini aumenta y se le ofrecen oportunidades que a su debido tiempo abriendo otros dos locales, esta vez en el centro de Ascoli Piceno, junto al Duomo, en una posición perfecta para ofrecer lo que tiene en mente: una pizza nueva y ligera, creativa y evolucionada.

«Elaboro masas con harinas diferentes, clásicas o molidas a la piedra, utilizo materias primas locales de la región de Las Marcas, y me he centrado en la calidad de los ingredientes y la técnica», explica Gabriele Cennerini, «una filosofía de producción que estoy transmitiendo a mis jóvenes colaborador Davide Fazzini que, con sólo 24 años, ya es un pizzero apasionado y muy dotado. Yo soy quien decide y Organizo la línea de producción, controlo y preparo, pero Davide dirige y gestiona la cocina de la Locanda Anno Mil con mucha profesionalidad. Hoy en día, hay tres pizzerías Anno Mille: la histórica Locanda de Venarotta, la Osteria y la Pinseria de Ascoli. Porque en el 2020, en plena pandemia, el último proyecto de Cennerini: una pinsería, un restaurante de comida para llevar donde el producto principal es la pinsa, ligera, hidratada, con harina de arroz e poco gluten, un manjar que la gente de Ascoli ha acogido con gran entusiasmo.
El secreto de la pinsa y la pizza del Año Mil, son alta hidratación y doble cocción: el producto es cocido unos minutos y luego se saca del horno para expulsar el vapor y volver a cocer para completar el proceso de cocción perdiendo humedad. El resultado es un producto blando por dentro y crujiente fuera, ligero y muy apreciado. «En pleno encierro, sin poder siquiera inaugurarlo – le dice a Cennerini – el pinsery fue el apoyo de todo el negocio porque con la comida para llevar y la entrega nos dio la posibilidad de seguir trabajando con los otros dos locales cerrados. Hoy, que hemos reabierto, podemos decir que el Año Mil es un éxito, y estamos orgullosos de ello. La idea de La actividad diferenciadora es útil, especialmente en la momentos de criticidad: permite interceptar diferentes de los clientes y satisfacer necesidades diferentes».
La gente vuelve a salir, le apetece, y el verano será sobre seguro que será un buen verano; Gabriele Cennerini está convencido de ello: «He observado un aspecto interesante en las personas que vuelven al restaurante, y es la atención a la calidad. Todos son mucho más conscientes de lo que comen y les importa más la calidad que la cantidad. Me parece un elemento positivo; significa que saben reconocer la valor del producto que les ofrecemos».
Comocoli Piceno, una ciudad histórica que conserva torres nobles y campanarios -por eso se la llama “la ciudad de las cien torres”- de discreta belleza, también conocida por sus famosas aceitunas, merece la atención del público y de los turistas que en este tranquilo verano de 2021 podrán redescubrir sus cualidades, tanto gastronómicas como artísticas. Recientemente, el ciudad, de hecho, fue nominada para el prestigioso el premio “Capital Italiana del Turismo y la Cultura”. Dice Gabriele Cennerini: «Estamos orgullosos de ello, y nos esperamos ser elegidos; sería un gran incentivo el turismo y la economía de la ciudad. Mientras tanto, nosotros, en el Año Mil, hagamos nuestra parte, luego ya veremos’.