Si pasas por Albairate, en la provincia de Milán, recuerda que hay un lugar donde la pizza es tradicional pero, si quieres probar algo nuevo, están las recetas de Fabrizio y, entonces, no te irás nunca

Fabrizio Tropea creció entre harinas y hornos de leña, desde los 14 años, cuando hacía entregas a pizzerías de la zona.
De ahí surgió su pasión por la pizza, que desde 2010 es su trabajo, su negocio, su vida. En la pizzería conoció a Silvia Ruggieri, que ahora es su mujer y dirige el negocio con él. De ese amor que floreció entre pizzas nació la Pizzería Il Point de Albairate. Al principio era una pizzería para llevar, luego, a medida que crecía la clientela, el local se amplió y hoy tiene 90 plazas. «Hago una pizza contemporánea que deriva de una reinterpretación de la pizza napolitana clásica», explica Fabrizio Tropea , «he intentado mantener el aspecto visual de la pizza tradicional, con la corteza alta como antaño; he querido, sin embargo, darle características más acordes con los gustos contemporáneos.
Para conseguirlo, Fabrizio ha estudiado las masas y ha establecido un método de trabajo que, partiendo de una base común, se desarrolla de distintas formas según el uso previsto. «Utilizo harinas molidas a la piedra y aplico una técnica de leudado largo; esto es sólo la base, sin embargo, luego utilizo diferentes agentes prelevantes como biga o poolish o leudado directo dependiendo de si el producto está destinado a ser consumido inmediatamente, o al cabo de un día, o para llevar. Adapto la técnica cambiando los tiempos y la elaboración para obtener el mismo resultado final: una pizza sabrosa y digerible, ligera y perfumada, tal y como quiere la gente».
En Il Point hacemos única y exclusivamente pizza. Esta es su seña de identidad, explica Fabrizio: «Así nos centramos en el producto y nos dedicamos por completo a hacerlo bien. Quienes acuden a nosotros lo saben.
El aprecio de nuestra clientela, cada vez mayor, nos llena de satisfacción. Albairate es una pequeña ciudad del interior de Milán, pero está rodeada de muchas localidades más populosas, y a estas alturas el nombre de Il Point es bien conocido y los clientes recorren con gusto unos kilómetros de más.» Los excelentes resultados, según Fabrizio, también se deben a haber elegido proveedores de confianza, como Le 5 Stagionia los que Fabrizio siempre ha recurrido porque «es una certeza y no me arriesgo a sorpresas: la pizza siempre sale perfecta y la harina adecuada tiene sin duda parte del mérito».

Dos menús, en Il Point: el primero, de unas quince variantes, está orientado a las pizzas clásicas, como la tradicional 4 stagioni o la capricciosa; pero es el segundo menú la verdadera sorpresa. Se llama «Las recetas de Fabrizio» y aquí el pizzaiolo expresa lo mejor de su creatividad. «Las llaman pizzas gourmet», dice Fabrizio Tropea, «pero yo prefiero llamarlas ‘mis recetas’.
Son pizzas para gourmets a los que les gusta probar algo nuevo e intento complacerlos. Básicamente, reproduzco en la base de la pizza algunas recetas tradicionales italianas elaboradas con productos italianos. Es una forma de rendir homenaje al extraordinario patrimonio de nuestro país y estoy muy orgulloso de ello. ¿Algunos ejemplos? El cacio e pepe, el ficus, la calabaza o la cimetta. Algunas escapadas a España con jamón serrano y anchoas del Cantábrico, pero sobre todo muchos productos italianos porque me gusta la idea de valorizar nuestro territorio tan rico en especialidades. Elijo los ingredientes con cuidado porque para obtener un producto de calidad hay que partir de materias primas excelentes. Así que, ante todo, frescura y productos garantizados.
Por supuesto, hay una pizza en honor a mi apellido: a Tropea le gusta la cebolla, así que inventé la pizza provolona con tomate, tomates secos, provola de búfala ahumada, aceitunas Taggiasche, orégano y… cebolla de Tropea».