
Un año de luces y pequeñas sombras, para el sector de la restauración, este 2023 que está llegando a su fin.
Un año de luces y pequeñas sombras, para el sector de la restauración, este 2023 que está llegando a su fin. Pequeñas sombras si lo comparamos con el año pasado, que había sido extraordinario tanto económicamente como en términos de importancia social para todo el sector de la restauración; pero ese fue también el año de la «liberación» de la pandemia y los italianos aún no habían vuelto a viajar al extranjero.
Sin embargo, también el año 2023 cerrará con un pequeño signo » más «, un dato positivo para un sector de la restauración que está cambiando por completo de piel, a todos los niveles.
La alta cocina se está liberando de los adornos que la desviaban del camino; los restauradores más atentos a las distintas sensibilidades de sus comensales se han dado cuenta de que es necesario crear platos y menús más comprensibles, siempre utilizando materias primas de alta calidad, y adoptar servicios de sala menos rígidos. Un ejemplo de cómo funciona todo esto nos llega de Lorenzo, el histórico restaurante de Forte dei Marmi, que bajo la dirección de Chiara Viani supo responder con gran inteligencia al nuevo rumbo de las cosas. Hablaremos de ello en el primer número de 2024.
El sector de la restauración accesible, por su parte, se ha dado cuenta de que ya no se puede permanecer en el mercado si se utilizan materias primas de baja calidad y personal ocasional. Los restauradores más listos buscaron inmediatamente una solución, ya desde el momento en que tuvieron que cerrar obligatoriamente sus restaurantes debido a la pandemia. Ya en aquellos meses habían detectado algo, en cierto modo, se habían dado cuenta de que el mundo iba a sufrir un gran cambio. Un cambio cuyas nuevas reglas no se conocen del todo -y quizá ni siquiera existan-, pero que ha transformado profundamente a las personas. Hoy en día, ir a un restaurante significa vivir un par de horas de paz, en un entorno confortable, donde todo tiene que estar cerca de la perfección, desde la comida hasta las personas que te la llevan a la mesa.

Los que han entendido esto, como suele ocurrir, siempre tienen sus restaurantes llenos, incluso en tiempos de crisis económica e inflación. ¿Por qué? Porque salir a un restaurante o a una bonita pizzería no sólo significa comer bien y de forma diferente a como se come en casa, sino satisfacer esa necesidad, que también es primaria, de buenas relaciones, de conocimiento de la comida y de los lugares, y de placer.
Italia puede ofrecer todo esto, y lo han entendido bien los turistas estadounidenses que han asegurado el éxito de los restaurantes italianos en este verano de 2023. Los italianos también se están dando cuenta, a pesar de que hace tan solo unos meses, en una encuesta estadística, la mayoría de ellos ni siquiera era capaz de enumerar los nombres de todas las regiones.
Esta falta de conocimiento está cambiando, los largos días transcurridos en casa han generado un poderoso deseo de viajar, de conocer, de superar el miedo que un viaje puede suscitar. Por eso Italia tiene un futuro prometedor por delante, al menos desde el punto de vista gastronómico y turístico.
¡No hay que desperdiciar esta extraordinaria oportunidad! Este es el augurio que queremos dirigir a nuestros lectores esta Navidad y Año Nuevo: ¡elijan un buen restaurante en uno de los muchos lugares italianos llenos de magia para empezar el 2024!